Saturday, May 26, 2012

Misterio

A travéz de mi vida me ha maravillado siempre la Naturaleza, no me canso de observar diariamente los tonos amarillo-anaranjado de los amaneceres y la majestuosidad del sol en el ocaso. Cuando vemos la hermosura y simetría de las flores además de sus inspiradores perfumes; en el mar, cada uno de las especies marinas tienen su hermosura y encanto: los vemos aquí de unos colores increibles, allá con perfectas rayas de colores amarillos con negros, este parece un penacho de color rosa y este otro de allá, sí, la medusa, con su luminicencia nos embelesa.
Cada día, cada momento, si nos fijamos, este encanto aparece... me rindo ante esta grandiosa belleza y ante todos estos delicados detalles, mi mente se entrega a la idea de que Dios, ¡Dios es mujer!

¡Tiene que ser así! ¡No hay vuelta de hoja! Esa sensitividad sólamente la tiene una mujer, la belleza, el orden, lo que está bien hecho, todo lo nuevo, emana limpieza, todo está en orden, se respira bien... Si hubiera sido hecho por el hombre, los montes estuvieran apuntalados con árboles para que no se cayeran, los peces serían todos con tonos grises del blanco al negro; las flores serían cuadradas y sin olor; los amaneceres no llamarían la atención, la lluvia de estrellas no existirían, los cometas pasaría y nadie les prestaría atención... Las naranjas no tendrían olor, ya que su función serían la del sabor y seguramente su sabor serían muy parecidas al de la sandía para acabar pronto, lo más seguro es que habría muy pocas frutas y con menos sabores: te gusta o no te gusta, serían los sabores: solo dos!
Bajo un Dios masculino, los hombres serían muy parecidos y sin atractivos pero con falos muy grandes. Las mujeres serían más agraciadas con el busto y las posaderas. Las facciones serían parecidas para que no hubiera pleitos, no exitiría el período menstrual y la mujer no tendría esos momentos tan desagradables e incomprensibles.
Con un Dios macho, la mujer tendría otro busto posterior, en la espalda, para darle mas simetría. De esta forma la mujer ya no reprocharía al hombre con su: "¡Ya no me abrazas!" o bien eso de : "¡Ya no me sacas a bailar!". Este busto posterior no emanaría leche cuando la mujer está amamantando, evitando así una serie de problemas psicológicos en la pareja. Un par de senos posteriores evitaría al mismo tiempo de que los senos se caigan con la edad, ya que unos soportarian a los otros evitando así este fatal suceso. ¡Existiría mas balance!

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